Patoruzú
SUPERHÉROE NACIONAL Y POPULAR
Apareció el 19 de octubre de 1928 en el legendario diario Crítica. Al poco tiempo ya era un fenómeno popular con 300 mil ejemplares vendidos por semana. Hoy, ochenta y siete años después de asomarse al mundo, su revista sigue en la calle con una selección de sus mejores aventuras.

Por Diego Cabarcos
@diecabarcos
Julio 2015

¿Qué hubiese pasado con Patoruzú de haberse llamado Curugua Curiguagüigua, tal como lo ideó su autor en un principio? ¿Hubiera podido vender los 300 mil ejemplares que en las décadas del 40 y 50 se agotaban en los kioscos el primer día de salida? ¿Con ese nombre hubiera llegado a convertirse en uno de los personajes más importantes y queridos de la historieta local? ¿El diario PM de Estados Unidos se hubiese animado a publicar una tira con alguien de apellido Curiguagüigua? Quién sabe, lo bueno es que Dante Quinterno,  creador de este personaje y un verdadero talento del género, supo cambiar a tiempo y rebautizó al indio patagónico el mismo día del debut, y la historieta argentina agradecida. 

Patoruzú asomó su cabeza al mundo el 19 de octubre de 1928, como personaje secundario de una exitosa tira de Quinterno, Don Gil Contento, que por ese entonces publicaba el diario Crítica desde hacía un año. El argumento de su promocionada aparición era simple: Don Gil, un porteño piola que utilizaba su viveza para convertirse en miembro de la alta sociedad, un día recibió como última voluntad de un tío difunto a un cacique patagónico, quien llegaba desde el sur al encuentro de su nuevo tutor. “¡Por fin llegaste Patoruzú! te bautizo con ese nombre porque el tuyo me descoyunta las mandíbulas". Le dijo Don Gil al indio en el primer cuadro de la tira. Sucede que en los días previos al debut, de quien luego se convertiría en un personaje emblemático de la historieta nacional, se anunció, con bombos y platillos, la llegada de un nuevo personaje a la tira: El indio Curugua Curiguagüigua. Sin embargo, el autor, por consejo de su amigo Muzio Saenz Peña (Director del diario El Mundo), quien había visto los anuncios, dio marcha atrás y le cambió el nombre de entrada porque el original era difícil de recordar y pronunciar. Pero el debut fue también despedida; al día siguiente, y sin explicaciones, la tira fue cancelada.

UN ÉXITO INESPERADO

En diciembre de ese año Quinterno se incorporó a La Razón con un nuevo personaje: Julián de Montepío, un porteño vividor con aires de play boy que, junto a su novia Lolita y su vallet Cocoa, divertía a los lectores desde la última página del famoso vespertino. Al poco tiempo, el talentoso dibujante, quien se había quedado con la sangre en el ojo por lo sucedido en Crítica, hizo aparecer en la tira a Patoruzú y el resultado, esta vez sin cancelaciones de por medio, fue más que exitoso. La idea era la misma: Julián, al igual que Don Gil en su momento, recibía por pedido de un tío moribundo al indio patagónico, quien a su vez era propietario de una fortuna incalculable, razón por la cual Julián intentará, siempre sin éxito, apoderarse de ella, aprovechándose de la ingenuidad de su protegido.

Tanto pegó en el gusto de los lectores el personaje de ese indio bonachón e ingenuo que, de a poco, comenzó a adueñarse de la historia. Tal es así que, con Julián relegado a un segundo plano, la tira no tardó en ser rebautizada bajo el nombre definitivo de Patoruzú. Pero el éxito, sobre todo cuando es impensado, a veces viene acompañado de complicaciones. Serias diferencias con La Razón, que utilizaba al personaje como si fuera de su propiedad, hicieron que Quinterno pegara un portazo en el diario llevándose al indio hacia El Mundo, que dirigía su amigo Saenz Peña, mientras que Julián de Montepío, cuyos derechos si pertenecían a La Razón,  quedó en manos de ese diario que republicó sus viejas aventuras, sin el cacique, una y otra vez y hasta el hartazgo.

ISIDORO, VIEJO Y PELUDO NOMÁS

Por su parte, para desembarcar en El Mundo en noviembre de 1935, Patoruzú necesitaba un compañero que ocupara el lugar de Julián, para volver a generar ese delicioso contrapunto de personalidades que tanto éxito tuvo en la etapa anterior. Así fue como, a través de una mezcla de viejos personajes de Quinterno, nació el popular Isidoro Cañones. La nueva historia comenzaba así: Isidoro era el director de un circo  al que un día llegó Patoruzú con la intención de desafiar a un luchador de nombre Juaniyo, a quien venció sin problemas. Isidoro quedó asombrado por la fuerza del indio y lo apadrinó. Desde entonces se convirtió en su compañero inseparable y también en su antítesis perfecta, porque mientras Patoruzú era un ejemplo de moral y rectitud casi hasta la exasperación, su padrino era corrompible hasta la médula.

De ahí en más, todo lo que estaba por venir era impensando por el autor antes de aquel 19 de octubre de 1928. El éxito arrollador de la tira devino en una revista que, hasta el día de hoy sigue vendiéndose con el nombre de Selección de las mejores Andanzas de Patoruzú; una película titulada Upa en apuros, de 1942, que se convirtió en el primer dibujo animado argentino en colores (ver Video Club), y en la publicación, en 1945, de las aventuras del cacique en el diario PM de los Estados Unidos, algo inédito para una historieta sudamericana por aquellos tiempos. También, en ese mismo año, apareció la versión infantil del indio bajo el nombre de Patoruzito, dirigida a un público más pequeño que el original y cuyo éxito fue arrollador. Este personaje, ya entrado los 2000, volvió a codearse con las mieles de éxito gracias a dos películas que pusieron la marca Patoruzú y sus derivados en el centro de la escena. Aunque la idea ya venía de 1996 cuando se realizó, a modo de piloto, la producción de un corto de cuatro minutos a cargo de la productora Aguafí (ver Video Club), con la idea de producir nuevas aventuras animadas para la televisión o una película. La versión en castellano tuvo las voces de Jorge Sassi (Patoruzú), Pelusa Suero (Upa) y Lalo Mir (Isidoro). También hubo una versión en inglés con la voz de Mark Hamill como Patoruzú, pero finalmente el proyecto quedó en la nada.

Hoy a ochenta y siete años desde su aparición es imposible saber que hubiese pasado con esta creación de Quinterno de haber continuado su camino como Curugua Curiguagüigua, pero que bueno que se llamó simplemente Patoruzú. CR

VIDEO CLUB
"Upa en Apuros" (1942)
"El Templo" (1996)
"El Templo" (1996 - Versión en inglés)
"El Cazador" (Patoruzito - 1996)
Minidocumental - Arte Rodante - TV Pública (2011)

Libro de Oro de Patoruzú
Tapas de 1938 a 1985

Patoruzito e Isidorito - Vamos a la cama
PATORUZÚ, LA REVISTA

La gran repercusión de la tira de Patoruzú, que salía diariamente en El Mundo, derivó de manera inevitable en una revista, la cual salió a la calle, por primera vez y a modo de mensuario, el 12 de noviembre de 1936, número que se agotó en el día. En formato apaisado, las veinticuatro páginas que componían esta entrega inicial recopilaban la primera aventura completa de Patoruzú, aquella que comenzaba cuando conocía a Isidoro en un circo. El material lo completaban avisos publicitarios dibujados por Dante Quinterno y las secciones Parches Porosos, Cómo aprendí a dibujar, El nene y Patoruzadas. Desde el segundo número, el humor gráfico le cedió algo de espacio al humor escrito y es así como comenzaron a aparecer varias notas de actualidad y comentarios irónicos acerca del Gobierno, los políticos y la farándula. Tiempo después, también aparecerían las aventuras de Don Fierro y las de Isidoro solo, ya que a raíz de la popularidad ganada al lado del indio, Quinterno decidió desdoblarlo para que protagonizara sus propias historias bajo el título de Locuras de Isidoro.

A partir del número siete, la revista del indio, que se había convertido en un verdadero boom editorial, comenzó a aparecer en forma quincenal y más tarde, desde el número 29, semanal. Es así como en los años dorados del comic, la revista Patoruzú agotaba los 300 mil ejemplares semanales que sacaba a la venta.

El 15 de diciembre de 1937, se produjo el lanzamiento del Libro de Oro de Patoruzú. Este tipo de ediciones, muy esperadas por los lectores, aparecían siempre a fin de año y estaban compuestas por muchas páginas. Allí colaboraban los mejores historietistas del país. El último número del Libro de Oro salió en diciembre de 1984.

En 1956 apareció Las grandes andanzas del Indio Patoruzú, revista que recopilaba en forma de álbum las tiras aparecidas en El Mundo y ya reproducidas en la revista Patoruzú. Tiempo después, este mensuario se volvió quincenal y comenzó a publicar historias originales.

Con el correr de los años, y siempre con la colaboración de Tulio Lovato en los dibujos y Laura Quinterno (hermana de Dante), en los guiones,  la revista cambió varias veces su tamaño (en la década del sesenta pasó a tener un formato vertical), y también su título, hasta que en 1976, con el número 2045, hizo su última aparición. Desde entonces, y hasta el día de hoy, sale bajo el título de Selección de las Mejores Andanzas de Patoruzú, una recopilación de todo el material del indio, con los cambios de palabras y de dibujos que el paso del tiempo requiere. CR

LOS OTROS PERSONAJES
PAMPERO
Es el fiel e inseparable compañero de Patoruzú y uno de los personajes más queridos por los fanáticos de la revista. Hizo su aparición en 1936, en ese entonces era un caballo salvaje que el indio domó sin riendas, frenos ni estribos a lo largo de dos días enteros.
UPA
De desarrollo intelectual bastante acotado, el hermano menor de Patoruzú apareció en la historieta en 1937. Estaba condenado a estar encerrado en una cueva por haber nacido deforme y sietemesino. En un comienzo su vocabulario se reducía a una única palabra: “Trululú”. Entre sus rasgos más característicos se puede mencionar su apetencia por la leche y su inmensa barriga como arma de defensa.
LA CHACHA MAMA
Este personaje aparece en 1938, es la mamá de leche de Patoruzú, ella lo crió y lo amamantó. Es astuta, desconfiada y muy famosa por sus pocas pulgas, su mayor virtud es la elaboración de unas sabrosas empanadas y su arma más poderosa  es el humo de su pipa, donde quema extraños yuyos secretos.
 

ÑANCUL
Es el capataz de las estancias de Patoruzú, que desde 1937 resultó ser un poderoso terrateniente, aunque en realidad es la Chacha Mama la que se encarga, cuando el cacique no está, de las cuestiones de los campos patagónicos. Es por eso que se cree que Patoruzú mantiene a Ñancul solo por costumbre.

PATORA
Es hermana de Patoruzú y su llegada a la historieta del indio se produjo recién en 1959. Fea y muy  enamoradiza, su única ambición en la vida es la de conseguir un candidato para casarse, tarea más que difícil ya que su fealdad puede más que la gran fortuna de su hermano a la hora de conseguir marido. CR

 

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