No
hay nada que se pueda decir de Mafalda que no se haya dicho antes, con lo cual hablar
de este genial personaje, creado hace 50 años
por Joaquín Salvador Lavado, más
conocido como Quino, sin caer en lugares
comunes resulta una tarea bastante complicada,
aunque en realidad ese no debería ser un
problema, porque esta nota fue
pensada, también, para que aquellos que poco saben de esta
niña, puedan descubrirla como lo hizo buena
parte del mundo, al que conquistó con sus
ocurrencias, esas que hacían reír y pensar a
la vez. ¿Pero habrá alguien en la Argentina
que no conozca a Mafalda?
Por la dudas, aquí va una breve
explicación. Mafalda es una nena de seis
años que vive en la Argentina de mediados de
los ‘60 y principios de los ’70. Además de
ser fanática de Los Beatles y luchar, desde su pequeño
lugar, por la paz, los derechos humanos y la
democracia, como toda niña de su edad va a la escuela y odia tomar la sopa. Su sueño
es tener una carrera universitaria y ser alguien
en la vida. Con la gracia de sus preguntas
inocentes, que en el fondo carecen de inocencia,
recorrió el mundo de la mano de sus ideales
inquebrantables. Pero ojo, porque Mafalda no está sola, además de sus padres de clase
media, su hermanito Guille y su tortuga
Burocracia (nunca mejor puesto el nombre de una
tortuga), forma junto a sus amigos una pandilla
entrañable. Basta con cerrar los ojos para
recordar y reconocer en cada uno de esos
personajes a un amigo de la infancia, esos que
se dejan de ver pero no se olvidan nunca, como
el tímido y despistado Felipe (7), el
materialista Manolito (6), la chismosa Susanita (6), el soñador, reflexivo e idealista Miguelito (5) y la intelectual, escéptica y con ideologías
de izquierda, Libertad.
Corría el año
1963 cuando la agencia Agnes Publicidad le encargó a Miguel Brascó, editor de
revistas y reconocido humorista político fallecido en 2014, una
historieta con el objetivo de promocionar una
nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield.
El pedido de la agencia era puntual. Todo debía
girar alrededor de una familia tipo: padre,
madre y dos hijos; de esa manera se crearía el
contexto justo para la aparición de los
productos, pero Brascó tenía otros compromisos
y le pasó el trabajo a Quino, quien en
ese entonces trabajaba con él. Pero la campaña,
después de algunas idas y vueltas, nunca llegó
a realizarse y las ocho tiras que el dibujante
había preparado para Mansfield quedaron
guardadas en un cajón. Pero no por mucho
tiempo. Un año después, cuando Julián
Delgado, secretario de redacción de Primera
Plana, le pidió a Quino una
historieta para la revista, este creyó que era
una buena oportunidad para echar mano a aquellas
tiras creadas para la campaña publicitaria
trunca. Así fue como el 29 de septiembre de
1964 salió publicada, por primera vez, una tira
de Mafalda. Desde entonces, nada volvió
a ser igual, no solo para Quino, sino
también para la historieta nacional, porque Mafalda,
con sus preguntas inocentes y su firme
preocupación por la paz mundial, se convirtió
en un fenómeno popular que trascendió las
fronteras como nunca antes había sucedido. La
historieta fue traducida a más de veintiséis
idiomas y de sus diez libros, esos que recopilan
cada uno de los diez años en que se publicó,
se vendieron más 20 millones de ejemplares sólo en
la Argentina.
La tira se
mantuvo en Primera Plana hasta el 9 de
marzo de 1965. Para esta revista Quino produjo 48 tiras (a razón de dos por semana) y
los primeros personajes en aparecer fueron: Mafalda, sus padres y unos meses después Felipe. Luego, a partir del 15 de marzo de ese
mismo año, las tiras pasaron al diario El
Mundo y ahí, ante la necesidad de nuevos
personajes, aparecieron los demás integrantes
de la pandilla. Dos años después, El Mundo cerró sus puertas para siempre y con él se
publicó la última viñeta de la tira con la
madre de Mafalda embarazada. Hubo que
esperar poco más de seis meses para volver a
encontrar a la ferviente anti-sopa y a todos sus
amigos en otro medio. El reencuentro con los
lectores se produjo el 2 de junio de 1968 a través
de la página de humor de la revista Siete Días
Ilustrados. Ahí por fin hizo su debut Guille,
su flamante hermanito, y tiempo después la ya
mencionada Libertad, último personaje
importante en aparecer.
Para 1973 Quino se encontraba agotado y con temor a repetirse y
por respeto a los lectores, y a los personajes
de su tira, creyó que lo más digno era
terminar con Mafalda, cosa que ocurrió
el 25 de junio de ese año, pero ya siete días
antes, Susanita, tan suelta de lengua
como siempre, le dejó entrever al lector que
algo así podía pasar. "Ustedes no
digan nada que yo les dije, pero parece que por
el preciso y exacto lapso de un tiempito los
lectores que estén hartos de nosotros van a
poder gozar de nuestra grata ausencia dentro de
muy poco", dijo la niña
más chismosa de la pandilla y una semana
después sus palabras se hicieron realidad, pero
esta vez la despedida quedó en manos de la
protagonista: "Dice el director que
bueno, que a partir de hoy podemos darle un
descanso a los lectores, pero que si alguno de
nosotros se mudare, trasladare y/o apareciere en
otra revista y/o diario, él a patadas nos
agarrare", así se despidió Mafalda rodeada de todos sus amigos, a excepción de Susanita, y ocupando todo el espacio de la tira,
que esta vez no tenía cuadros.
Pero si bien la historieta terminó, no
por eso desapareció. Ya en 1970, tres años antes del final, Ediciones
de la Flor comenzó a publicar una
recopilación de sus tiras en diez libros, con
un formato muy reconocible que vendió millones
de ejemplares. Tiempo después, en 1993, salió
a la venta un súper libro llamado Todo
Mafalda, que todavía se consigue en las
librerías, en el que se puede encontrar
cualquier dato referente al personaje.
Para finalizar, en cuanto a la pregunta
con la que cierra el primer párrafo de esta
nota, cabe destacar que para quien escribe este informe, hasta no hace mucho tiempo esta niña estandarte de
la lucha por la igualdad social y los derechos
humanos, era tan solo un personaje de historieta a cuyo mundo no había siquiera intentado ingresar, pero queda claro que nunca es tarde
para conocer a Mafalda, porque más allá
de que ya no existan Los Beatles, la URSS
se haya disuelto y la guerra de Vietnam haya
concluido hace tiempo, su mensaje no pierde
actualidad, lo cual habla de la innegable genialidad de su
autor. Es por eso que después de investigar y
escribir sobre ella, cuenta con un fanático más,
uno más en millones. CR |